Este tema definitivamente escandaliza a los medios. En la actualidad los periodistas promedio alegremente y fácilmente pasan temas aparentemente candentes entre ellos sin realmente considerar profundizarse en los asuntos tratados; mientras persigan a la manada, realmente no están haciendo nada malo. Como un periodista promedio sabe muy bien, hacer las cosas mal, es realmente algo muy malo.
Mientras que estos periodistas luchan ansiosamente por no hacer nada malo, no obstante, apuntan sus dedos a un grupo de personas que actualmente están arruinando las cosas a una escala global: los mineros de Bitcoin y con ellos cada usuario de la criptomoneda en el planeta. Para los ojos de un periodista promedio, Bitcoin está frenando los esfuerzos para lograr una transición rápida a la sustitución de los combustibles fósiles. Debido a que mantener Bitcoin con vida devora grandes cantidades de energía y parece tener una huella climática creciente, el periodista promedio se siente obligado a escribir en contra de ésta recién surgida amenaza para la humanidad.
Las predicciones son solo predicciones
El consumo de electricidad estimando anual de Bitcoin se encuentra alrededor de 37 TWh, que es más o menos igual al consumo energético anual de Qatar. Países como Irlanda, Hungría o Dinamarca ya fueron sobrepasados por las operaciones mineras de Bitcoin cuando se trata de consumo energético. Debido a esto, algunas personas razonan que, para julio de 2019, la red de Bitcoin requerirá más electricidad que todo lo utilizado por los Estados Unidos en su integridad. Hasta febrero de 2020, utilizará más electricidad que todo el mundo lo hace actualmente.
Estos tipos de predicciones pueden sonar algo estremecedoras. Afortunadamente, las predicciones son solo eso, predicciones. A pesar de que tales predicciones son usualmente provistas de un atractivo científico, para que puedan parecer más convincentes, el envolver pronósticos en palabras científicas no debería necesariamente significar algo. Como la historia lo muestra, existen muchos ejemplos de los tales llamados expertos, que no solo fallaron en predecir el futuro pero que fueron desvergonzadamente demostrados como estando equivocados. En particular, el Club de Roma entrará en la historia como habiendo, repetidamente, pronosticado el pico del petróleo; uno que todavía no llegó.
Otro famoso ejemplo incluye las predicciones sobre los límites del crecimiento de la población. Hace un par de décadas muchos «expertos» de renombre dentro de este campo pronosticaron que el mundo cumpliría inevitablemente su límite de población. Uno de estos ilustres eruditos era Paul R. Ehrlich. En su libro «La Bomba Poblacional» comenta cosas como «No puedo concebir como la India podría alimentar a doscientos millones de personas más hasta 1980» p «Todavía no conocí a nadie conocedor de la situación que piense que la India será auto suficiente con relación a los alimentos hasta 1971». Cuando oraciones como esta fueron escritas por Ehrlich, la India tenía alrededor de 400 millones de personas. En la actualidad, la India tiene casi 1.2 mil millones de personas y Ehrlich ha sido demostrado como estando terriblemente equivocado.
Pronosticar el futuro con certeza es simplemente imposible. Nuestro mundo tiene demasiadas variables, de las cuales muchas son desconocidas para nosotros. El mundo también está cambiando; otra razón por la que las predicciones son inherentemente inestables. A pesar de que algo parezca seguir un rumbo en particular, esto no significa que siempre debe continuar haciéndolo. Simplemente porque la minería de Bitcoin esté actualmente creciendo en consumo, esto no es razón suficiente para creer que crecerá mucho más. Debido a que los seres humanos son criaturas inmensamente creativas, podría ser una buena apuesta que la tecnología para producir energía también cambiará y posiblemente lleve a la minería de Bitcoin y al consumo energética a direcciones completamente nuevas que todavía no podemos imaginar. Una analogía cómica pero precisa que coloca en perspectiva las inquietudes y los temores de muchos artículos sobre el consumo energético de Bitcoin, es provisto por una publicación en Twitter de parte del entusiasta de Bitcoin, Andreas Antonopoulos. «Señora, estoy preocupado sobre el progreso de su embarazo. Considerando la tasa actual de crecimiento, su vientre estará del tamaño de este edificio en solo 5 años».
Comparaciones a voluntad
La predicción de escenarios de terror futuros sobre la minería de Bitcoin se constituye en una forma para desacreditar la actividad. Otra se trata de elaborar comparaciones que hagan parecer a la minería de Bitcoin como irresponsable. Solo para ser claros: no se niega que Bitcoin utilice grandes cantidades de energía; pero, como argumentamos en un artículo diferente, estas grandes cantidades de electricidad están siendo consumidas con un propósito. Es precisamente este propósito que usualmente es pasado por alto cuando se hace la admitida comparación sorpresiva que la minería de Bitcoin está usando más energía que 159 países. Considerando que existen 195 países en total en el planeta, un número como «159 países» sí suena impresionante. No obstante, la mera suma de los países y comparar su consumo energético con el de Bitcoin no se constituye para nada en una comparación válida. El realizar un cambio menor a la lista de países elegidos alteraría toda la imagen. Considerando que los 159 países son pequeños o subdesarrollados, el cambio de uno de estos países por uno de tamaño mediano y desarrollado levantaría el consumo energético de los 159 a un nivel mucho más alto de lo que es utilizado actualmente por la minería de Bitcoin. Entonces cualquiera de estas comparaciones puede ser hechas a voluntad. Justo como uno puede mostrar que Bitcoin utiliza mucha energía (comparándola con la cantidad elegida de 159 países), se puede hacer el caso que las operaciones de minería de Bitcoin consumen solo 1/14 de la potencia perdida en dispositivos residenciales en espera en los EE. UU., es decir, aparatos domésticos que esencialmente se mantienen en espera y que no están siendo usados activamente. Dentro de este contexto, probablemente resulta inteligente que los lectores tomen estas comparaciones con cierta reserva. Usualmente, si comparaciones estadísticas están siendo presentadas, es seguro asumir que el presentador de las comparaciones eligió deliberadamente las mismas para que sirvan a sus fines.
¡El sucio Bitcoin!
A pesar de que los periodistas promedio critican a Bitcoin por su alto uso energético, no es el mero tamaño, pero en vez el grado de los combustibles fósiles siendo usados para potenciar a Bitcoin, lo que los ofende. Mientras que la comunidad política global está luchando, de forma desesperada, por tener un uso energético más limpio alrededor del mundo, parecería que a los mineros de Bitcoin no les importa mucho esta meta, así lo lamentan los periodistas promedio.
Nuevamente, no se niega que la minería de Bitcoin está también usando la energía de la combustión de carburantes fósiles para potenciar la red de Bitcoin. Sin embargo, el enfocarse en este tipo de consumo energético omite un punto muy interesante. De hecho, una de las principales características de Bitcoin es su independencia geopolítica, que esencialmente significa que la minería de Bitcoin no está vinculada a ciertas ubicaciones geopolíticas. La minería de Bitcoin puede ocurrir en cualquier lugar, especialmente cuando ahora existen satélites en el espacio que pueden transmitir los datos relevantes a Bitcoin a cada parte específica del planeta.
Debido a que Bitcoin es geográficamente independiente, su energía puede llegar de cualquier fuente, sea energía eólica, solar, hidroeléctrica, a gas, carbón o nuclear. Ahora, a pesar de que la energía por sí misma es fungible, los métodos de su producción no lo son. La fungibilidad relacionada a la producción energética significa que las instalaciones de producción de electricidad tienen diferentes propiedades. Por ejemplo, las instalaciones de energía solar producen más de su energía durante el día y menos en la noche. Usualmente lo que está siendo producido por las instalaciones de energía solar no corresponde con lo necesario y, por ende, con lo consumido. Cuando las ciudades consumen la mayor cantidad de energía, que es alrededor de las 8 a 9 p.m., los paneles solares no producen casi nada de energía. Tales incompatibilidades pueden fuertemente sopesar sobre los productores de energía porque ellos ya pusieron su capital a trabajar e incurren en costos indirectos, pero producen energía que realmente no es necesaria en ese momento y que no puede ser vendida. En el largo plazo, esto resulta ser un escenario de pérdida de dinero. Es por esto por lo que muchos productores de energía solar no desean ni siquiera tomar el riesgo de empezar el negocio, lo que nuevamente desacelera el proceso de migrar a fuentes de energía renovable.
El potencial verde de Bitcoin
Aquí es donde entra en juego la minería de Bitcoin. Debido a que las operaciones de minería de Bitcoin son geográficamente independientes, pueden de manera más fácil, que cualquier otra, desplegar sus instalaciones de minería cerca a lugares donde la energía sea producida en abundancia y que serían, de otra manera, desechadas si no existiesen instalaciones de minería de Bitcoin para utilizarlas y usar su potencia para la red de Bitcoin. Ésta es una situación en la que todos salen ganando. Los mineros de Bitcoin tienen la energía para potenciar la red de Bitcoin y generar ganancias, los productores de energía solar encuentran clientes dispuestos para su energía, que los ayuda a depreciar el gasto de capital de construir sus instalaciones de energía solar a un ritmo más rápido de lo que podrían hacer sin los mineros de Bitcoin.
Entonces, al final del día, la minería de Bitcoin no solo incrementa el potencial de utilizar paneles sociales por utilidades, también ayudan a amortizar el capital aplicado de forma más rápida. Esto, a cambio, aumenta la probabilidad de la inversión en energía solar y por ende aumenta el proceso de la adopción de energía renovable. Debido a que la minería de Bitcoin es un negocio dentro de una de las industrias más competitivas de la actualidad, cuando se lo hace correctamente, se pueden lograr utilidades inmensas; al margen, los mineros de Bitcoin buscan ser lo más eficientes posibles, que también significa tratar de obtener la energía más barata posible. Debido a que la energía solar es usualmente producida de forma abundante como se explicó previamente, la misma tiene un papel importante dentro del consumo de energía para la minería de Bitcoin.
El indudable potencial que Bitcoin tienen para impulsar la revolución de energía verde es usualmente contrarrestado por una objeción inmediata: ¿Cómo puede Bitcoin ser vista como aportando al uso de energía limpio, cuando la mayoría de las ubicaciones de minería de la criptomoneda están ubicadas en China, el contaminado más grande del mundo?
Como vimos previamente, tales objeciones energéticas en contra de Bitcoin no son totalmente inválidas, pero sí cuentan mitad de la verdad. Mientras que China todavía produce grandes cantidades de energía con carbón y las granjas de minería de Bitcoin sacan rédito de aquello, China actualmente está cerrando las minas de carbón y está planeando con dejar sin efecto 1.3 millones de trabajos en la industria de la minería de carbón. Los chinos actualmente están en proceso de gastar $367 mil millones en energía renovables hasta el 2020. Es la meta declarada de China hacer que la energía renovable se constituya en 20% de su suministro total energético hasta 2030. A pesar de que estas declaraciones y acciones vienen de políticos y siempre deben ser tomadas con cierta reserva, como cualquier declaración de intención de los políticos, resulta ser un hecho interesante que puede ser pasado por alto.
Entonces, resulta obvio que la minería de Bitcoin no sea la última panacea de la energía verde; pero, el criticar la minería de Bitcoin por su consumo de energía sin considerar su potencial de energía verde, como lo hacen los periodistas promedio, no resulta para nada esclarecedor. Después de todo, puede que exista una forma que la que la energía utilizada de Bitcoin podría ser usada de forma más inteligente: para iluminar a los periodistas promedio.
Imagen: Fortune.com